Mis manos
Heladas por las frías temperaturas que nos rodean
No reaccionan a las órdenes que con dura imposición expreso
Mis dedos
Imperfectos, arrugados y entumecidos
Se niegan a sujetar cualquier objeto de mayor o menor tamaño
Pero mi mente arde
Mi piel helada y mi interior enfebrecido
Acerco mi cuerpo tembloroso a esta fuente de calor de aceite
Y siento hormigueo en todo mi yo exterior
Alcanzo con torpeza esta gran libreta (antes compañera y ahora enemiga)
Y me encuentro petrificada ante ella
Observo, evitando fijar mi vista
Sus sucias tapas rojas
No
No quiero abrirla
No quiero encontrarme en ella
Acaricio con mis yemas el retorcido alambre que une sus páginas malditas
Ahora que mis extremidades han decidido responder algo a mis súplicas
Extiendo mi brazo a un pequeño y casi inexistente lápiz de dibujo,
El más fiel de mi peor enemiga
Y dudo…
Madera y carbón
Papel refinado
Silencio
Y el ambiente de soledad es roto por un crujir familiar
Un susurro áspero y seco
Aprieto mis párpados con fuerza
Y el azar me lleva a una página en blanco
Más sonidos
Gritos
El carbón se está deshaciendo sobre la pureza de lo incorrupto
Y la pureza se torna gris
Y vibra como lo hacen unos labios ante una sonrisa agradecida
Has ganado otra batalla
Y se que serás victoriosa en toda la que crucemos nuestros frentes
Pero , aún así
Se que en el fondo de toda creación
Consciente e inconsciente
Serás tu, MALDITA
Quién hallará la derrota
Te quedarás sin armas antes o después.
(Dibujo original: Marlem Cantón)
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