Esta soy yo, una superviviente más.

La noche me atrapa en su oscuridad,
me empuja a tu sal y a mi mar.

Sólo veo el mar.

Un mar que hicimos nuestro,
lleno de letras sueltas con las que formábamos palabras que llenaban de risas nuestras horas.

(La bondad de cada instante es absorbida por mi piel y la toxicidad eliminada en cada golpe dado al viento por incontables y dolorosas horas)

Esta soy yo, paciencia, lucha, fidelidad...
Soy UNA SUPERVIVIENTE MAS.

Y aún así...

Quisiera ser un marca páginas de nombre "fortaleza"
De tiempo impreciso, sin fecha de caducidad, a la espera de una relectura sin distracción.
Nunca imaginé que mi libro se cerrara sin final, aunque si con moraleja:

El amor EXISTE, y en mi piel se fundirá cuando cuando mi ser desaparezca.

Y aún así... Seguiré esperando.

Micro cuento para niños que ya no lo son.

Y la reina abandonó su corona.
No la necesitaba.
Se volvió estudiosa de arcanos para ser sanadora de hechizos que deterioraban las almas y así, sin desearlo, convertir su ser en 'deidad' anhelada de su enfermo pueblo y, cuando el pueblo tuvo lo que necesitó,
lo que rogó,
lo que suplicó...
la exilió.
Y esto no medró su fuerza, aprendió nuevas lecciones de sanación para cuando su gente requiriera de su paciente y aunque delicado, bondadoso corazón.

Marlem Cantón.

Hoy

Mis recientes heridas quirúrgicas amanecieron supurando dolor y un feo color amarillento fisico, real, y también con matiz emocional.
Puede que hoy la ciencia cure la parte que le pertenece.

Pd: el terror me consume.

Te condeno

he vuelto
no puedo dormir como otra noche mas

mi almohada ya no es mi compañera de pensamientos nocturnos
se cansó de tanto soportar el peso de mis ideas

ahora padecerá esta condena

que paguen otros por mi


(Y mientras sigo perdida en tormentas de las que tantas veces escapé, mi abandono será tu poder y mi dicha tu muerte....)

Te veré dormir en tu lecho de "para siempre".

Deja que mi felicidad siga teniendo un nombre propio y tres apellidos.

VIDA


Midámonos con la misma longitud de compromiso.
Es lo único que deseo.

Amar, envejecer y a penas verte tras mis pupilas derrumbadas por la edad que compartimos.

Que tus torcidos dedos sujeten el pañuelo que limpiara la comisura de mi boca.
Que mis doloridas manos atusen tus canas con agua fresca frente al espejo que nos descubre.