Febril.


Fundiéndome con el duro tejido de la soledad.

Creando lazos llenos de pequeños nudos imposibles de deshacer

sumergiendo mis ideas en un pozo de los deseos sin monedas,

buceando en un agua clara de mis ideales de niñez perdida

retorciendo intervalos del vacío en mis sueños.

Macerando momentos de caótico orden.

Advierto un súbito cambio de humor en mi,

lo que era paz absorvente
a mudado de piel,

se ha convertido en ansiedad extrema
en una inquietud sublime.

Humo de cigarros que se consumen en mis dedos,
pavesas húmedas por las lágrimas de un extraño.

Sudor frío,
piel en exceso caliente.

Fiebre,
delirios;
fieras imaginarias que me atacan,me devoran.

Seres malditos que asen con fuerza mi melena
me derriban e intento levantarme...

¡Qué lamentable escena!
Mi integridad quebrantada por una pesadilla.

Agarran mis pies,no me dejan escapatoria.

Arrodillada intento desasirme;

mi músculos van perdiendo su fuerza.

Cuando creo que se han cansado de torturarme con duras palabras
enredan sus sucias manos en mi ropa
y continúa la lucha sin fin ni esperanza,

alaridos inaudibles son los que salen de mi boca,

miradas desencajadas
rostros colmados de ira,furia...odio.

Sedienta,exhausta
dejo de luchar,

que me lleven al lugar que deseen.

Estoy cansada,
harta de esta batalla de la que no saldré indemne.

Las heridas que me han causado no cicatrizaran jamás
porque se que mañana volverán,

porque se quedarán agazapados en los lugares oscuros de mi vida
para esperar otro momento febril de mis días
a la caza y captura de lo poquito de bueno que queda en mi.

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