Una lluvia privada

Encerrada entre mamparas
mojada por tibia agua clara
me desordeno en ideas,
sueño despierta.

Mi rojiza melena empapada
se enreda en mis dedos como soga al cuello de un condenado.

Mi piel comienza a acostumbrarse a la cálida temperatura
y mis músculos se relajan y tensan
mostrandome un placentero dolor que consume.

Resbalando por mi hombro,
siento una gélida cremosidad que esparzo lentamente por el resto de mi cuerpo.

Al fin,
tras un ritual hipnótio sin una brizna de monotonía,
dejo colgar mis brazos con violencia,
apriteo los labios con fuerza
y me sumerjo bajo una lluvia privada.

Mechones convertidos en lianas
se adhieren a mi espalda desnuda

No respiro,

tan solo el silencio y yo.

Estos golpes que infligen las gotas en mi
hacen huir a la espuma que me abraza.

Poco a poco abro mi boca para beber algo de aire,
mi lengua se ahoga,
y este calor desborda mis labios y fluye por mis comisuras derramándose.

Ya dejó de llover para mi.

Me relamo recordando lo ocurrido.

Qué más da...
Unos minutos más....

Soñaré despierta de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario