En un huracán

Ebria,
así me siento.

Adormecida,
mareada,
confundida...

bamboleo mi ansia de amar;
lo llevo en una lanza por bandera.

No deseo poseer con sentimiento egoista..

observo,
analizo,

y un olor dulzón a poder y serenidad me alcanza.
Me siento plena y completa,

pero el alcohol de este arrollador estandarte del que presumo cada día
trae consigo miedo,

temor a una guerra sin supervivientes
porque jamás en ningún pedacito de mi consciencia intuí que algo así existía,

por que mis soldados no han sido entrenados para la batalla

y en la aparente calma se encuentran llamaradas de pasión,

brotes de lujuria,

una humedad que absorve.

Descarada emanación de placeres ardientes como la lava
que hace un "todo" lo que arrastra a su paso.

Ahora el sueño viene cada noche;
al fin las noches en vela han desaparecido.

Necesito que me digas qué te inspiro
y tu respuesta es sencilla:

paz,
comprensión,
y tu reflejo.

Ahora si!
mastico bocados pequeños de cada letra de tus palabras.

Nuestros guerreros son aliados,

luchadores de un mismo bando que se unen en un mismo alarido por la victoria venidera.
 
Mismas almas con mismos destinos.

Por eso me siento ebria..

porque celebramos cada día con brindis en jarras de barro
ese futuro que nos alcanza con grandes zancadas solemnes.

1 comentario:

  1. Maravillosa entrada, no solo dibujas de muerte también escribes super bonito. Gracias por volver, me quedo aquí contigo.

    Un fuerte abrazo.

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