Y la reina abandonó su corona.
No la necesitaba.
Se volvió estudiosa de arcanos para ser sanadora de hechizos que deterioraban las almas y así, sin desearlo, convertir su ser en 'deidad' anhelada de su enfermo pueblo y, cuando el pueblo tuvo lo que necesitó,
lo que rogó,
lo que suplicó...
la exilió.
Y esto no medró su fuerza, aprendió nuevas lecciones de sanación para cuando su gente requiriera de su paciente y aunque delicado, bondadoso corazón.
Marlem Cantón.
No la necesitaba.
Se volvió estudiosa de arcanos para ser sanadora de hechizos que deterioraban las almas y así, sin desearlo, convertir su ser en 'deidad' anhelada de su enfermo pueblo y, cuando el pueblo tuvo lo que necesitó,
lo que rogó,
lo que suplicó...
la exilió.
Y esto no medró su fuerza, aprendió nuevas lecciones de sanación para cuando su gente requiriera de su paciente y aunque delicado, bondadoso corazón.
Marlem Cantón.
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